Los ataques de pánico son ataques repentinos y repetidos de miedo y angustia que duran varios minutos o más. Algunas personas los refieren como una sensación de muerte inminente. Los ataques de pánico se caracterizan por temor a los desastres o miedo a perder el control, incluso cuando no hay un peligro real. También se puede tener una fuerte reacción física durante un ataque de pánico. Cuando se tiene el ataque de pánico la persona siente como si fuera a tener un ataque al corazón.

Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento y lugar, son súbitos e intrusivos, por tanto las personas que los experimentan se preocupan mucho de tener otro ataque por lo cual restringen su vida en diversos ámbitos.

Las causas de los ataques de pánico son multifactoriales, tienen tanto un sustrato orgánico como también se dan por factores externos a la persona. Algunas partes del cerebro y ciertos procesos biológicos juegan un papel clave en el miedo y la ansiedad. Las personas con ataques de pánico malinterpretan sensaciones corporales inofensivas como amenazas, provocando una reación emocional y fisiológica adversa. El estrés y los factores ambientales tales como cargas de trabajo excesivas, problemas económicos, de pareja, sociales entre otros, también juegan un papel importante en la aparición de los ataques.